Los animales en Halloween

Los animales en Halloween

El 1 de noviembre los celtas honraban a Samhain, el caballero de la muerte; para ahuyentar a los malos espíritus, la noche anterior, en la que los muertos venían a pedir alimento a los vivos, se encendían fogatas y se sacrificaban animales e incluso humanos. Esta fiesta había sido unificada por los romanos con sus Fiestas de Pomona, en honor de la diosa de los árboles frutales, que celebraban en la misma época del año.


El Cristianismo rechazó ambas celebraciones, y en su lugar instituyó para ese 1 de noviembre el "Día de Todos los Santos", en inglés "All Hallow Day", y la noche anterior, la del 31 de octubre, se denominó "All Hallow Even". Ésta última, con sus contracciones idiomáticas, derivó en "All Hallow E'en" y en el actual "Halloween".

La llegada de irlandeses a Estados Unidos a mediados del siglo XIX la popularizó en aquel país y, en 1921 se celebró el primer desfile de Halloween, en Minnesota (USA). A partir de ahí la fiesta fue evolucionando hasta hacerse masiva en los años 80, sobre todo por influencia del cine y la televisión americanos.

Explicado esto casi a título anecdótico, recogemos ahora algunas recomendaciones de la ASPCA para esta fiesta, en concreto para con los gatos, dado que en nuestro país cada vez tiene mayor popularidad y participación.

10 puntos básicos para Halloween

Precauciones de sentido común para mantener a los animales de compañía a salvo y sin pasar estrés en esta fiesta:

  1. No dejar a los animales en el jardín o patio durante esta noche. Hay abundantes casos de vandalismo en los que se les ha provocado, herido, robado e incluso matado.
  2. Si tus gatos suelen vivir fuera, mételos en casa durante los días anteriores y posteriores a Halloween (los gatos de casa, deberían vivir "dentro" de casa siempre).
  3. Nada de golosinas. Los caramelos y otras chucherías que reparten estos días no son para los animales. El chocolate es muy peligroso para perros y gatos, y los envoltorios pueden provocar accidentes graves por ingestión.
  4. La calabaza típica queda muy festiva, pero si se incluye la vela hay que extremar las precauciones. Un animal puede tirarla sin querer y provocar un incendio o resultar quemado él, sobre todo los cachorros.
  5. Disfrazarse es divertido para las personas, pero no para los animales. No le pongas un disfraz a tu perro o gato ni AUNQUE no parezca importarle, porque siempre les provoca estrés en mayor o menor medida.
  6. Si aún así insistes, que sea una ropa segura, que no le apriete en ninguna parte, que no le incapacite para ningún movimiento, y no entorpezca que oigan, ladren o respiren. Vigila las piezas pequeñas que pueden desprenderse para que no se las trague y llegue a asfixiarse.
  7. Vigila que la ropa no le entorpezca la visión de ninguna forma.
  8. Si en tu zona también hay la costumbre de que vengan a la puerta a pedir golosinas, o esperas gente en casa, deja los animales cerrados en una habitación aparte.
  9. Cuando abras la puerta, vigila que el animal no salga.
  10. ¡Identifícalo!

La reacción de los "animales humanos" ante determinados estímulos externos no es igual, ni tiene por qué serlo, a la que tienen los "animales no-humanos". Este punto cobra especial importancia cuando los humanos realizamos actividades festivas.

No podemos, ni debemos, esperar o forzar una respuesta de nuestros animales que a nosotros nos convenga por cómoda, o simplemente por desconocimiento. La psicología animal es bastante más compleja de lo que el gran público supone, y requiere en algunos casos unas precauciones concretas, cuando no una cierta previsión. Además, hay algunos tipos de fiestas que, sin ser directamente estresantes para ellos, sí que los colocan en una posición de riesgo.

24 de junio, San Juan

La fiesta de San Juan Bautista se celebra el 24 de junio, en coincidencia con el solsticio de verano, una fecha importante para muchos pueblos desde antiguo, especialmente los del mar Mediterráneo. Las celebraciones de San Juan son de origen pagano y han heredado una serie de rituales, prácticas y costumbres que parecen estar basadas en celebraciones precristianas.

La noche de San Juan, 23 de junio, es la más corta del año en el hemisferio norte y significa el triunfo de la luz sobre la oscuridad. En sus rituales las características principales son el sol, el fuego y el agua, y las hogueras que se encienden esa noche preservan de todo mal durante un año. La leyenda dice que las cenizas curan las enfermedades de la piel y que es conveniente saltar la hoguera un mínimo de tres veces para tener un buen año.

La costumbre de encender fuegos que proviene de antiguos cultos paganos al sol, pero también está relacionada el poder de alejar los malos espíritus que posee el fuego. Dentro de las celebraciones, se ha extendido también ampliamente el lanzamiento de cohetes y petardos durante la noche del 23 de junio.

Animales de compañía y petardos

Estamos ante un ejemplo de cómo nuestras celebraciones pueden suponer para los animales momentos de pánico y de estrés, por lo que es importante ser un dueño responsable y preparar a nuestros animales antes de que en la zona empiecen a lanzarse petardos y cohetes. Recuerda que son centenares los animales que escapan presa del pánico y se pierden, y no siempre los encontramos: pueden resultar herido o muertos por un vehículo, robados, ir a parar a un centro en el que los sacrifiquen, etc.

Además, recuerda también que su oído es mucho más sensible que el nuestro, por lo que el nivel de sonido para ellos es mucho mayor, y podrían llegar a sufrir problemas de tímpano.

Tus animales

PERROS


  • Mantenlo dentro de casa, sobre todo si no vas a estar.
  • Si está atado fuera, no lo pierdas de vista (puede ahorcarse)
  • Déjalo cerrado en una habitación en la que se sienta seguro y cómodo, ponle música clásica, y déjale sus juguetes favoritos y algo de ropa con tu olor, además de abundante agua.
  • Procura que una hora antes del comienzo haga mucho ejercicio, y luego dale una cena sabrosa y abundante. Se quedará relajado.
  • Como medida extra de precaución, que esté microchipado, con collar que le quede ceñido (puede incluso morir ahogado si queda enganchado el collar en algún sitio en su pánico por encontrar cobijo) y una placa identificativa, sobre todo si vives en una planta baja o chalet.

Cuando lo saques a la calle:

  • Elige la hora menos conflictiva
  • Llévalo atado (aunque te obedezca mucho)
  • Ante eventuales tirones por ataque de pánico, comprueba que el collar no se le saldrá y que la correa está bien.
  • Evita las zonas en las que haya gente tirando petardos
  • Cada año recibimos llamadas de personas que han perdido su perro por los petardos. La mayoría iban sueltos por la calle porque obedecían mucho, o estaban en un jardín sueltos y sin vigilar.

GATOS

  • Mantenlo dentro de casa, sobre todo si no vas a estar.
  • Déjalo cerrado en una habitación en la que se sienta seguro y cómodo, ponle música clásica, y déjale sus juguetes favoritos y algo de ropa con tu olor, además de abundante agua.
  • Como medida extra de precaución, que esté microchipado, con collar que le quede ceñido (puede incluso morir ahogado si queda enganchado el collar en algún sitio en su pánico por encontrar cobijo) y una placa identificativa, sobre todo si vives en una planta baja o chalet.

CONEJOS Y SIMILARES:

  • Dentro de sus jaulas en la zona más alejada de los sonidos y luces de los petardos o cohetes.
  • Si es posible, cubrir la caja con un material que aísle del sonido pero asegurando una ventilación suficiente.

CABALLOS

  • Asegurarlos en sus establos quitando todo aquello que pueda resultar peligroso (afilado) si lo golpean
  • Si es posible, trasladarlos a otro sitio durante las celebraciones.

Desensibilizarlos

No todos los animales de compañía manifiestan miedo a los cohetes y petardos. Los etólogos consideran cuando los perros que tienen miedo a los fuegos artificiales es porque el sonido es extremo y porque no están acostumbrados a él. Pero muchas veces esto puede arreglarse mediante un entrenamiento de desensibilización, tanto en perros adultos como en cachorros.

Si cada vez que el animal siente miedo por este motivo vas a abrazarlo o a tranquilizarlo, estás reforzando su idea de que algo horroroso ocurre, y todo irá a peor.


El proceso de desensibilización consiste en irlo acostumbrando poco a poco, y hay que empezar despacio. Elige un CD con efectos de sonido (tormentas, petardos, etc.) y ponlo a volumen bajo. Ve subiendo muy despacio hasta que notes una reacción en el perro, por ejemplo que endereza las orejas. Déjalo a ese volumen durante un cuarto de hora más o menos, mientras atraes su atención, juegas a algo con él y actuas con absoluta normalidad. Sobre todo no le digas ninguna palabra tranquilizadora de las que uses habitualmente. El mensaje que tiene que llegarle es "no pasa nada, ¿por qué te pones nervioso? no entiendo qué te pasa". Sal de la habitación unos minutos, y vuelve a entrar como si nada.

Repite cada día subiendo el volumen despacio de un día para otro. Piensa que el proceso puede ser largo según el nivel de pánico de tu perro, y que una vez superado quizá requiera sesiones "de recuerdo" de vez en cuando.

Por desgracia, hay animales que padecen esta fobia de manera desorbitada, y no parece haber nada adecuado para que entiendan que no hay peligro. En este caso, y en otros que consideres necesario, habla con tu veterinario que te aconsejará si el animal necesita algún tranquilizante y cual.

NO LE DES NADA POR RECOMENDACIÓN DE AMIGOS O PARIENTES: HABLA CON TU VETERINARIO.

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